Cinco escaleras antes del ascensor resultan ser una barrera física suficientemente grande para impedir el paso de las personas con problemas de movilidad. Si a esto le sumamos una puerta pesada sin ninguna ayuda para su apertura, el resultado es un portal no accesible.
Gracias a las dimensiones del portal, ha sido posible recolocar los cinco peldaños que había antes del ascensor. Para bajar el ascensor hasta la cota 0, fue necesario modificar el forjado de hormigón armado y restar parte del espacio al trastero inferior. Con el objetivo de equilibrar la pérdida de superficie en los trasteros y garajes con la mejora de las condiciones de accesibilidad, se ha incorporado una rampa de ligera pendiente desde la entrada hasta el ascensor, minimizando así al máximo la superficie perdida en la planta inferior.
Además, se ha modernizado la estética del portal, por un lado aplicando un nuevo lacado a los antiguos acabados de madera, y por otro, mediante el uso de paneles fenólicos con acabado en roble. También se ha instalado una nueva puerta de acceso, una pieza elegante de madera maciza de iroko.