Al entrar en la vivienda nos encontrábamos con un largo pasillo y la cocina y el salón separados. El suelo de tarima de madera maciza se encontraba en buen estado.
Hemos adaptado la vivienda a las necesidades de una nueva familia, creando espacios abiertos y funcionales. Se ha abierto la zona de entrada, aportando luminosidad al vestíbulo de entrada de la casa, y se han unificado la cocina, el comedor y la sala de estar, generando un amplio y luminoso espacio de día. Todo el mobiliario y los acabados han sido diseñados y seleccionados con detalle junto con los clientes, incorporando un toque de color mediante los paneles de madera instalados en la península de la cocina.
La vivienda contaba con un bonito suelo de tarima de madera maciza, que decidimos conservar, tanto por la calidad de la madera como por la reducción de costes y, en definitiva, porque la acción más sostenible es reutilizar lo que está en buen estado. Los huecos dejados por las demoliciones se han rellenado y, tras el acuchillado, el suelo de toda la casa ha quedado como nuevo.