Luz, color y madera
¿Qué nos encontramos?
Esta vivienda tenía un significado especial para su nueva propietaria: era la casa de su abuela. Durante décadas, esta casa ha formado parte de la historia familiar. Nuestra clienta creció visitando aquí a su abuela, y ahora, junto a su pareja, ha decidido darle una nueva vida al hogar sin renunciar a sus raíces.
Se trataba de una casa grande y compartimentada, con muchos metros cuadrados, dos fachadas, dos patios, dos accesos y demasiados distribuidores. Además, al situarse en la esquina de una manzana y describir una curva, la vivienda presentaba formas irregulares, numerosos ángulos y pocas líneas paralelas.
Hemos llevado a cabo una rehabilitación integral para adaptar la casa a una nueva generación.
¿Qué hicimos?
Hemos reformado por completo la vivienda, adaptándola a las necesidades actuales con un diseño moderno, eficiente y sostenible. En este proyecto se combinan pasado y presente: se han reutilizado muebles restaurados, integrándolos con elementos contemporáneos.
El cambio más significativo ha sido la eliminación de la compartimentación del espacio de día y la creación de un eje de entrada–distribuidor–comedor. Este se convierte en el elemento más característico de la vivienda: una entrada acogedora, funcional y luminosa, con el comedor y la sala de estar a un lado, y la cocina al otro.
En el centro de la vivienda se ha diseñado a medida un mueble de madera maciza de castaño que organiza los espacios. Este mueble divisor, además de conectar las distintas áreas de la casa, cumple múltiples funciones: actúa como separador de ambientes, armario zapatero y mueble de entrada, almacén del despacho y, lo más importante, permite que la luz natural llegue hasta la zona de trabajo. De esta forma, el despacho —una estancia preparada para el teletrabajo— queda integrado con la entrada, aportando más luminosidad y amplitud al espacio.
Junto al mueble divisor se han diseñado también las estanterías que separan la entrada del comedor y la puerta de vidrio de la cocina. Castaño, acero negro y vidrio son los materiales que unifican el diseño del mobiliario en las distintas estancias de la casa.
Uno de los objetivos principales en esta nueva distribución ha sido eliminar los ángulos, quiebros y rincones que presentaba la vivienda, organizando la distribución interior mediante líneas rectas y generando espacios más equilibrados y serenos. Se ha cerrado uno de los accesos de la casa para crear un armario para abrigos, y con ello se ha otorgado mayor privacidad al salón respecto a la entrada.
La estructura de hormigón armado de la vivienda se ha dejado vista y pintado en blanco, mostrando su textura. Algunos de los hermosos muebles de madera maciza existentes se han restaurado e integrado en el diseño, otorgando protagonismo a estos valiosos elementos con gran carácter.
La cocina ha adquirido un papel destacado, ampliando su superficie y añadiendo espacio de trabajo. Se ha instalado una península y armarios altos de almacenamiento, y se ha orientado la mesa hacia el exterior, aprovechando el sol de la mañana.
Se ha creado una zona independiente para las tareas de limpieza. Se ha desplazado la lavadora fuera de la cocina y se ha diseñado una lavandería con ventana hacia el patio para tender la ropa.
Uno de los pasillos se ha eliminado, incorporando su superficie al dormitorio y creando así una amplia habitación principal con tonos claros y serenos, apropiados para el descanso. En los baños, en cambio, se ha apostado por un toque de color, utilizando azulejos amarillentos combinados con detalles en negro. Las otras dos habitaciones se han conectado entre sí, generando una distribución funcional para descanso y juego infantil.
Dado que la vivienda no dispone de paredes paralelas, se decidió colocar el pavimento en espiga aportando una sensación de mayor armonía. La capa final de madera maciza del suelo aporta gran calidez y garantiza su durabilidad. Más allá de la estética, se promueve el uso de materiales naturales y sostenibles.
Para mejorar la eficiencia energética y reducir la demanda de calefacción, se han trasdosado las fachadas con aislamiento de fibra de madera. Este material, además de ofrecer un excelente poder aislante, posee inercia térmica, lo que permite reducir y retrasar las variaciones de temperatura; por ello, resulta especialmente adecuado para evitar el sobrecalentamiento de la vivienda en verano. Gracias al aislamiento y al sistema de calefacción eficiente, se ha mejorado el confort del hogar.
Como es habitual en nuestros proyectos, se han adoptado medidas para reducir la influencia de los campos electromagnéticos generados por las instalaciones eléctricas en las zonas de descanso, siguiendo distintos criterios durante el proceso de obra para evitar cualquier impacto en el bienestar de los habitantes.